Estamos acostumbrados a sentirnos especiales, diferentes, a situarnos por encima del bien y del mal. Creemos que todo lo sabemos y todo lo controlamos, hasta que de repente y sin sentido, algo se desmorona y un recuerdo, una experiencia más o menos traumática y todo nuestro mundo deja de tener sentido.
El miedo nos aterra, miedo a la soledad, miedo ante esa certeza que de repente parece llenar todo, cuando comprendemos que nada controlamos y que en este viaje nunca sabremos cuál es el destino.
Esa es la historia de Paloma, una niña de 12 años que se da cuenta de todo esto mucho antes que los demás, y que en su búsqueda de un sentido para esta «absurda vida», se encuentra con Renée, una portera llena de sorpresas.
Separadas por la edad y condición social, estas dos grandes mujeres aprenderan a mirar más allá de la apariencia de las personas.
La elegancia del erizo habla de la calidez humana, de aprender a ver con otros ojos, de los que normalmente usamos para escrutar a los demás.
No se trata de una simple búsqueda de la belleza interior, es una narración de todo lo bueno, en el sentido literal de bello y divino, y todo lo malo, como grotesco, que se esconde dentro de cada uno de nosotros.
Es una historia del amor y la amistad con mayúsculas, un relato que nos lleva a comprender a nuestro verdadero yo para poder entender al resto del mundo.
Lleno de la belleza que esconde el aroma de una flor, y el dolor oculto tras el recuerdo de una tormenta, es un libro dulce y doloroso como la vida misma.
Una historia que duele, mientras ries con lágrimas en los ojos.
Una moderna terapia para curar el pesimismo, y aprender a ver todo lo bueno que nos regala la vida.
«Tengan sólo una amiga, pero elijanla bien»
La elegancia del erizo.
Muriel Barbery