El arte, ese todo que abarca prácticamente la totalidad de los rincones de nuestro mundo desde tiempos inmemoriales. ¿Qué es el arte? Depende de a quién le preguntes encontrarás: expertos en el tema que te sabrán analizar todas y cada de las corrientes artísticas a lo largo de la historia y su evolución, aquellos que negaran que el arte que se pueda clasificar, etiquetar o incluso explicar. Y algunos otros que considerarán arte cualquier representación, del tipo que sea, que pueda transmitir algún tipo de sentimiento. Hace unos años el MACBA de Barcelona acogió la exposición “Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo”. En el momento que el género musical más disruptivo que ha existido es capaz de llenar de creaciones las salas de un museo, entendemos cómo el arte ha ganado la batalla de ser y estar allí donde se lo proponga.
¿Cuántas acepciones de arte existen? Podemos encontrar obras de arte pictóricas, esculturales, arquitectónicas…el arte se puede materializar a través de manifestaciones físicas como las perfomances que nos muestran a artistas haciendo, transmitiendo o promoviendo el arte a través de su propio cuerpo. Marina Abramović y Ulay hicieron de sus vidas una obra de arte en continuo crecimiento y evolución. Del amor a la ira pasando por los distintos estados de toda relación romántica.
Si el arte ha sido capaz de traspasar las fronteras de los museos y es capaz de influir en nuestras vidas cotidianas ¿cómo no iba a hacerlo en la moda?. Coco Chanel revolucionó el mundo de la moda y la alta costura. La influencia de esta modista y diseñadora francesa acabó con el estilo aparatoso de la época, liberó a las mujeres de los corsés y expresó las ansias de libertad a través de prendas icónicas que siguen llenando los armarios de it girls de todo el mundo. Su influencia fue tal que consiguió llegar a todos los ámbitos, cortes de pelo y peinados, perfumes, complementos, zapatos. Poco a poco fue dibujando en el inconsciente colectivo la imagen de una mujer moderna que empezaba poco a poco a liberarse.
¿Hablamos entonces de arte?
La influencia del arte en la moda o de la moda en el arte se podría documentar a lo largo de toda la historia. ¿Cuál es el que influye en el otro? Resulta complicado responder esta pregunta sin tener una definición clara y excluyente de lo que representa el arte. Si nos atenemos a la que nos da la RAE sería:
1. m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.
- m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
“Algo” esa descripción tan ambigua que podría decirlo todo o no dar ninguna información. Pero que en este caso nos sirve para englobar la moda dentro del término. Algunos no quedarán satisfechos con la libre interpretación de esta definición considerando que elevar algo tan “banal” como la moda al altar del mundo artístico debe ser casi un sacrilegio. La propia Coco Chanel afirmaba: “La moda no es un arte, es un oficio. Que el arte haga uso de la moda es más que suficiente para la gloria de la moda” resulta curioso que la primera vez que leyera esa frase fuera en una exposición (en un museo de arte) sobre la influencia de Chanel a lo largo de la historia.
Sea o no arte por si misma, lo que está claro es que la moda ha sabido nutrirse de las distintas tendencias y vanguardias imperantes en cada época y, a la vez, ha servido de inspiración para distintas obras y movimientos artísticos.
En la sociedad del siglo XVIII y XIX el vals estaba considerado un baile poco decoroso e impúdico ya que promovía rozamientos entre los jóvenes de la época. Sin embargo, esto no hizo si no aumentar su fama que se extendió desde Viena a todo el mundo. Lo que un día llamamos “influencers” ha existido siempre, estos prescriptores de las tendencias o modas de la época eran los encargados de abrir camino. De marcar las pautas que el resto habría que seguir. Los primeros en salir a la pista de baile para acabar con la moral recatada imperante. Música, arte y moda se unían en este baile para crear un movimiento acompasado lleno de belleza. Los vestidos de la época se adaptaron a esta nueva ola y ofrecieron a las damas de la nobleza prendas con excesivos volantes y mucho vuelo que danzaban a la par que ellas en una oda sonora y visual. Amplios vuelos y cortes largos para acompañar el movimiento de las bailarinas y convertirse en un todo.
Moulin Rouge nos enseñó el estilo caótico del París de los años 20, con sus bailarinas de can can, sus pintores alcohólicos y sus poetas atormentados. Toulouse Lautrec reflejó la vida nocturna parisina de finales del siglo XIX a través de pinturas y carteles. Obras de arte que reflejan la moda de la época. Vestidos llenos de encajes que se movían al ritmo frenético de las bailarinas de can can, colores atrevidos y complementos que buscaban destacar la feminidad y el atractivo de las mujeres. ¿El arte de Lautrec se inspiró en la moda o fue la moda la que creció a la sombra del arte contemporáneo?
Los tiempos cambian siempre, por mucho que queramos aferrarnos a cualquier tiempo pasado y vivido. Y la moda, sus influjos y sus referentes, también tuvo que ir adaptándose a las necesidades del nuevo mundo que se iba formando. De las salas de baile victorianas a las discotecas hay muchos años de evolución pero un concepto de fondo apenas modificado. Con la llegada de la época disco los ritmos cambiaron y la forma de bailarlos también. Los años 70 se convirtieron en una época productiva para el arte, la publicidad, la música y por supuesto, la moda. La llegada del pop art y su máximo exponente, Andy Warhol, supuso un cambio radical que marcaba el inicio de una nueva era. Imágenes, tejidos y texturas que parecían sacadas de un caleidoscopio pasaron a formar parte de los armarios. Tonos alegres, flúor y chillones convivían con creaciones en blanco y negro con los famosos cuadros vichy como principal protagonista. La moda supo resumir y expresar la esencia de toda una época en forma de vestidos cortos, minifaldas y pantalones de campana. Un estilo vanguardista y moderno que desafiaba los convencionalismos y miraba sin miedo al futuro. Creaciones que vistas ahora suponen auténticos “cuadros” de la época pero que, en su momento, fueron todo un icono de estilo.
El arte presente en la moda también ha sido protagonista de numerosas fiestas y celebraciones tradicionales a lo largo de todo el mundo. En el siglo XVI se popularizó el uso de máscaras en diversas regiones de Italia como una forma de ocultar la identidad del portador y dotarlo de un aire enigmático. Su uso ha llegado hasta nuestros días y sigue siendo el signo característico del Carnaval de Venecia. Los míticos atuendos que aún hoy llevan durante esos días autóctonos y algunos visitantes, tienen su origen en el siglo XVIII, que fue cuando esta fiesta alcanzó su máximo esplendor. Las máscaras conviven con sombreros de tres puntas y los colores más utilizados suelen ser el blanco, el negro, el plateado y el dorado. La idea que se esconde detrás de la creación de una máscara está muy ligada al arte y a la moda como una forma de transmitir el sentido oculto de la vida.
Una celebración llena de misterio y belleza en la que las calles se llenan de una moda que nos trae recuerdos de un pasado en el que la ostentación y el lujo se daban la mano para crear estilismos imposibles. Esa moda fue capaz de traspasar la simple tradición popular y llegar a todos los rincones del mundo. Giambattista Tiepolo plasmó la magia y el misticismo ocultos en este pintoresco Carnaval en una de sus obras que se conserva en el Museo del Prado. El pintor y grabador italiano está considerado el último gran pintor de la época barroca y supone una de las figuras más importantes del rococó italiano.
La moda como protagonista indiscutible del arte, el arte como punto de partida e inspiración para crear moda. Principio y final de una relación tan antigua que resulta prácticamente imposible marcar sus límites.
Pero el concepto de moda, tal y como lo entendemos, no es exclusivo de Europa. Aunque el auge del capitalismo y la llegada de grandes multinacionales fue clave para popularizarla y llevarla a todos los estados de la sociedad, la moda existe en todos los rincones del mundo.
Piensa en esas danzas tribales de África en las que los bailarines se mueven ataviados con alegres y llamativos colores que buscan celebrar la vida y sus dones. En Occidente tratamos de captar una parte de la esencia y la pureza de ese arte hecho baile a través de prendas que recogen en sus estampados motivos tribales que recuerdan a los usados por ellos. Una manera de plasmar la vida en la moda y convertirla en arte.
Nuestra forma de vestir, el estilo que elegimos, es muchas veces un reflejo de nosotros mismos o de lo que queremos transmitir al resto del mundo. Por eso en verano nuestros armarios se llenan de rayas marineras, anclas, peces y toda suerte de motivos marítimos para hacernos sentir más cerca del mar. Para subirnos el ánimo y recordarnos que se acercan los días en los que poder disfrutar de los rayos de sol y la brisa marina. El mar, uno de los protagonistas más prolíficos del arte, encuentra una nueva vía de expresión a través de la moda y consigue llegar a todo tipo de personas de distintas edades, que visten este tipo de estampados. El reflejo de todo lo que supone vivir en el mar, la libertad, el contacto con la naturaleza y la sensación de paz y calma reflejadas en una serie de líneas blancas y azules. ¿Es capaz la moda de transmitir un sentimiento?
En la era en la que los mensajes positivistas llenan las redes y van calando poco a poco en nuestras rutinas, la moda no ha sido capaz de resistirse a esta nueva ola creativa. Tenemos tazas, libretas y agendas que nos animan a luchar por nuestros sueños y también camisetas e incluso calcetines, que le mandan un mensaje a todo aquel que se cruza en nuestro camino. Los sentimientos se transforman en prendas de ropa que buscan motivarnos o incluso alentarnos a llevar una vida más positiva.
El noble arte de la escritura, que ha ido evolucionando y adaptándose a los cambios exigidos por el paso del tiempo, también ha sucumbido a las distintas modas. Las plumas estilográficas Visconti, cuenta con una línea inspirada en grandes pintores de todos los tiempos. Con diseños que recuerdan a los tonos azules y amarillos que llenaban la obra del genial Van Gogh, colores intensos y vibrantes para recordar a Rembrandt e incluso diseños surrealistas que le rinden homenaje a Gaudí.
Un recorrido por la historia del arte enmarcado en un instrumento capaz de escribir los más bellos versos y las más trepidantes historias.
Arte y moda unidos para crear historias capaces de luchar contra el paso del tiempo.