Cuando cumplí 20 años todo el mundo me decía «a partir de ahora los años se van volando». Me daba igual, cuando eres joven no escuchas a nadie porque crees que lo sabes todo. Eres la única persona que ha vivido eso, que ha sentido con tanta intensidad, que sabe lo que es el amor verdadero.
Lo cierto es que nunca lo creí y ahora, diez años después, sigo sin creerlo. Los años no se pasan volando. Y esta década ha condensado toda una vida que a veces se me ha hecho insoportablemente larga y otras se ha escapado en un suspiro. Pero no se ha ido volando. Cada día, cada hora, han dejado su huella en mi alma. En pedazos y retazos de lo que fui y lo que he sido. Lo que me queda por ser.
El otro día fue el Día de la Música y querría haber escrito esta entrada, pero debo admitir que hay días que si que se me escapa el tiempo y no puedo cumplir todos mis deseos.
Hay un tango que dice que 20 años no son nada, y es verdad. 30 tampoco. Y a la vez lo son todo. El resumen de una vida, de momentos compartidos, ilusiones rotas, sueños alcanzados y algunos imposibles que se quedaron en el tintero.
Para mi estos 30 años saben a 30 canciones que hoy me apetece compartir. Porque las penas con música son mucho más llevaderas y no hay nada como la alegría de escuchar tu canción favorita cuando hay algo que celebrar. Que la música os acompañe siempre.
- Love will tear us apart again. Si no conocéis a Joy Division ni a Ian Curtis os recomiendo leer este artículo «Solo era un crío con la palabra odio en su chaqueta«. Explica perfectamente la base de esta oscura canción. Supongo que es mi favorita de la lista. No sabría decir el motivo. Pero su oscuridad siempre que estoy triste me ayuda a tocar fondo…y luego remontar. Cuando suena pienso que es verdad que el amor nos destruirá una vez más…pero a la vez merece la pena ser destruidos.
- Train in Vain. The Clash va a aparecer más veces en mi lista, aviso. Pero esta es mi favorita. Me recuerda a muchas cosas, al amor que se acaba sin que entiendas bien los motivos. A ese momento en el que descubres que todo era mentira, pero tienes que seguir adelante. A pesar de no tener nada, todavía quedan ganas de seguir luchando. Amo esta canción y la manera en la que habla de sueños rotos con la música más alegre de la historia.
- Autosuficiencia. Parálisis Permanente. Eduardo Benavente es mi amor platónico. Creo que se fue demasiado pronto y que estaba llamado a ser el Bowie español, ya no lo sabremos. Pero nos quedan sus letras, su rabia punk y la verdad que escondían sus canciones. Autosuficiencia es mi canción de los domingos, siempre la escucho al despertar y me anima muchísimo. Habla de estar bien con uno mismo, de aceptarse y vivir la vida como quieras. Digan lo que digan los demás «Me miro en el espejo y soy feliz, y no pienso nunca en nadie más que en mi».
- Should I stay or should I go. Otra vez The Clash. La letra de esta canción nos hace pensar en esos amores imposibles (que está de moda llamar tóxicos) de los que quieres alejarte. Pero en el fondo no puedes y esperas que ellos tomen la decisión por ti. «If you say that you are mine I’ll be here ‘til the end of time».
- Ni tu ni nadie. Alaska forever. Esta canción me sabe a un verano feliz. A cantarla a gritos en el coche, a la coreografía que inventamos. A todo lo que nos decíamos a través de una letra que, en el fondo, es muy dura. «Miro el reloj, es mucho más tarde que ayer. Te esperaría otra vez. Y no lo haré, no lo haré». A pesar de todo la oigo y veo el mar, el agua turquesa y la vida que soñaba.
- Dramas y comedias. De nuevo Alaska. Más que una de mis canciones favoritas es mi mantra de vida. «No quiero más dramas en mi vida, solo comedias entretenidas» y cuando se me olvida, la escucho para recordármelo.
- Tambores de guerra de Izal. Lo que me fascina de esta canción es la fuerza que transmite. Cuando suena todavía puedo recordar esas mañanas en las que me daba el empujón definitivo para aguantar un día más.
- Los seres que me llenan. También de Izal. Esta canción la entendemos aquellos que tenemos una voz en la cabeza que se encargan de boicotear nuestros sueños. Esa que, cuando estás a punto de alcanzar tus metas te repite «Idiota, no valdrá la pena».
- Emborracharme/El tiempo pasará de Lori Meyers. Las pongo juntas porque para mi van siempre unidas. Primero escucho Emborracharme, una canción sobre enamorarte de la persona equivocada. Alguien especial que sabes que nunca tendrás. Pero después suena El tiempo pasará y admito que todo llega y todo pasa y al final hay que sonreírle a la vida.
- Footloose. Me recuerda a mi época freelance en la que mi socia y yo trabajábamos un millón de horas unidas en la distancia por Skype. Al final del día poníamos esta canción y todo daba igual. La vida era difícil pero nosotras nos reíamos de todo.
- Héroes de Parálisis Permanente. La de Bowie es espectacular, no lo dudo. Pero me quedo con esta. Por la voz tan especial de Eduardo Benavente, por esa letra traducida que dice cosas tan bonitas como «Ser como delfines, por siempre jamás». Si no la has escuchado tienes que hacerlo.
- Miedo, MClan. Esta canción me suena a mi época de universidad. A locuras, a domingos de resaca en los que siempre me tocaba trabajar y la escuchaba de camino. Ahora, tanto tiempo después, entiendo que no era para tanto. Que lo tenía todo en la vida. Pero no ha pasado el suficiente tiempo como para que esta frase deje de tener sentido «Miedo. De quererte sin quererlo. De encontrarte de repente. De no verte nunca más».
- Las pistas falsas conducen al desamor. The Secret Society. Hace poco la volví a escuchar y me sigue matando. No la puedo explicar, hay que escucharla y si te duele, la has entendido.
- Horror en el hipermercado. Alaska y los Pegamoides. Es decir, Alaska más Eduardo Benavente y Ana Curra (Parálisis Permanente) ¿puede haber algo más sublime?. Es mi canción de felicidad máxima. De reírme de todo y bailar como si nada importara. Y ese videoclip, toda una obra maestra de la movida. Forever Maripili.
- Ninguna chavala tiene dueño de Violadores del Verso. Con la edad me he vuelto indie. Pero hasta los 20 años solo escuchaba Rap, y era feliz. Esta era mi canción favorita y la escuchaba en bucle una y otra vez. Con el tiempo descubrí que el principio pertenecía a una película que me marcó: Martín Hache. Y ya fue el combo perfecto para un tema que es pura poesía «Siempre nos quedará el futuro. Y la duda de si durará, todo esta en jugar y sudar. Por eso soy adicto al amor platónico. Y al placer de la nostalgia cuando estoy sólito. Después de todo sé que nada es permanente. Y que al impaciente se le olvida la miel del presente. Nada es tan urgente, nena, nada tan importante. Nada merece mas la pena que el instante que tenemos delante y el siguiente y la oportunidad de hacerlo diferente».
- Nivel Inexperto de Second. Recuerdo la primera vez que la escuché. Iba en el metro de Barcelona y empezó a sonar en Spotify, me mató. Desde ese momento no pude parar de escucharla en un bucle autodestructivo que terminó por salvarme. Es una canción increíble que duele muchísimo pero te deja un sabor agridulce, como un día de playa de principios de noviembre.
- Más suerte de Second. El videoclip de esta canción es precioso. Relata una historia de amor que se rompe y los distintos puntos de vista que existen siempre en una relación. Y es que a veces creemos hacerlo todo bien pero nos equivocamos y perdemos lo que más queremos. En ese momento solo queda pedirle al destino otra oportunidad «Quizás tenga más suerte y me regalen otra vida. En la que pueda conocerte con más detenimiento».
- Al mar de Manel. Me encanta la música en catalán. Mucho antes de vivir en Barcelona descubrí a este grupo y se convirtieron en la banda sonora de mis veranos en Menorca. Me suena a eso, a playas paradisiacas, a las (estúpidas) mariposas en el estómago y a la juventud. Para mi esta canción representa la libertad de un día de verano infinito.
- Ai Dolors de Manel. La cara B de la anterior. Un amor que se acaba pero cuyos protagonistas deciden darse una bonita despedida. Un día de feria, diversión, baile y un primer último beso. «Avui, Dolors, proposa un tema al cantant, un que es rigui de tu i de mi i d’aquesta història que s’ha anat acabant».
- Ja no ens passa de Els amics de las arts. No hace falta ni entenderla. Viendo el videoclip todo tiene sentido. La juventud que se escapa, los convencionalismos que a veces nos atrapan y el terror a que mañana sea igual que hoy. Pero siempre puedes levantarte, correr y empezar de nuevo.
- Terciopelo azul de Kamenbert. Es mi canción de Barcelona. Me sabe a sus calles, su luz, el olor a gofre y a mar. Lo intensa que era allí la vida. T´enyoro siempre.
- Bailaré sobre tu tumba de Siniestro Total. Estaba dejando de lado mis raíces punk. Me parece una canción súper divertida que, siempre que me enfado por algo, me hace sonreír.
- Tu adiós de Los pistons. Resulta que yo era indie antes de que se pusiera de moda y con 12 o 13 años escuchaba un grupo que casi nadie conocía que cantaban en español y japonés. Un tiempo después escuché una canción en Spotify y me eclipsó la voz del cantante. Miré en internet y descubrí que aquel niño que me enamoraba con canciones como esta era la voz de Modelo de Respuesta Polar.
- Tu primera vez de Plástico. Esta también va de pasado. De un Eduardo Benavente en plena adolescencia cantando una canción que, a mi me parece preciosa, sobre la primera vez.
- The reason de Hoobastank. Esta canción marcó a la generación que crecimos con los dramas de One Three Hill. Me recuerda al primer amor y esa sensación que tienes de que todo será para siempre.
- I can’t live if living is without you de Mariah Carey. Esta canción es muy importante en mi vida, ocupa un capítulo de mi libro inacabado y miles de recuerdos que siguen tocando la fibra.
- Matemáticas de Tote King. Temazo de Tote. Tengo grabado en la retina ese momento en el que la cantó en directo en el primer concierto suyo al que fui. Instantes inolvidables de la vida.
- Princesas de Pereza. No va de eso pero a mi me suena a la amistad verdadera. A las noches infinitas con mi mejor amiga y a todos los sueños compartidos.
- Quiero un camino de Taxi. Siempre ha sido mi canción, a lo largo de la vida ha ido cambiando el motivo que la hacía tan especial. Pero creo que existen pocas letras tan bonitas como «Quiero un camino entre los dos. Siempre atento a tu mirada».
- Turnedo de Ivan Ferreiro. Tiene mucho tiempo pero a mi me ha dado ahora por escucharla en bucle. Me pasé toda mi juventud renegando de Ivan y a la vejez se ha convertido en la BSO de mi vida. Supongo que la vida es eso, cambiar de ideas, ampliar horizontes. Seguir soñando. Es una canción muy triste pero a mi me recuerda a tocar el guitalele con @simonesteiton y buscar el sentido oculto detrás de las canciones de Ivan Ferreiro. Al final la vida era esto.
Es difícil resumir una vida en canciones porque se me quedan miles fuera. Pero quería elegir, hacer balance y construir un relato sonoro de todo lo vivido. Os dejo una lista de Spotify con todas estas canciones. Que la disfrutéis.
https://open.spotify.com/embed/user/trelium/playlist/0tcPm13iLBUvDSxvjSNsZu
1 comentario sobre «30 canciones y una vida»